Genoveva nació hacia el año 422 en Nanterre, en las afueras de París. Pasó toda su vida en el norte de la Galia, en una época muy turbulenta de la historia europea. Murió hacia 502, a la edad de 80 años.
Nació en el seno de una familia cristiana acomodada. Hija única, quedó huérfana muy joven y heredó importantes tierras en la región de Meaux, cerca de París. Dejó Nanterre para vivir con su madrina en París.
Un modelo de valentía
La elevada posición social y las responsabilidades públicas de Geneviève se ven confirmadas por su excepcional prestigio entre sus conciudadanos y contemporáneos. Fue una de las dirigentes municipales de la ciudad, con todos los derechos y deberes que ello conlleva. Es un modelo de valentía política y compromiso municipal, trabajando por el bien de sus conciudadanos.
A su muerte, el rey de los francos la hizo enterrar en una iglesia construida en una colina de París, que más tarde tomó el nombre de Montagne Sainte-Geneviève. Así se convirtió en la patrona de la ciudad de París y de Francia.