Construido de 1355 a 1359, y luego reconstruido en su estado actual en 1779, el portal de los Jacobinos es hoy en día el último vestigio de las cuatro puertas que rodeaban la ciudad baja y permitían el control de las entradas en la Bastida fortificada de Carcasona. En el lado derecho de la puerta se encuentra, además, un resto de muralla.